Perderlo todo de la noche a la mañana: la casa, los recuerdos, el modo de vida… Es lo que les pasó a muchísimos de los habitantes de la isla de la Palma el 19 de septiembre, cuando entró en erupción el volcán Cumbre Vieja.
Primero vino la erupción y durante las semanas posteriores llegaron las coladas de lava que avanzaban hacia las viviendas y hacia los cultivos. Así lo cuenta Silvia Capote, una de las tantas afectadas que viven del cultivo del plátano de Canarias, un sector duramente golpeado: "El 19 de septiembre, a las 15:00 horas de la tarde, cuando comenzó la erupción, estaba en mi casa, que está a unos tres kilómetros del volcán. Como consecuencia, perdí una finca de plátanos y una segunda vivienda que tenía en Tazacorte. Estas fueron completamente arrasadas por la lava", lamenta.
El cultivo del plátano de Canarias en la isla de La Palma es mucho más que una actividad económica. Es un modo de vida. "El plátano ha sido lo que nos ha permitido tener estudios a mi hermana y a mí. Además, es lo que nos ha permitido arraigarnos mucho a esta isla a la que siempre acabamos volviendo", ha asegurado Silvia, quien ha destacado que más de la mitad de la agricultura de la isla se basa en plátano: "Aquí la agricultura supone casi el 50%, y de ese 50%, casi todo es plátano. Su cultivo es una cadena que implica a muchísima gente. Es fundamental".
La importancia de las ayudas y un marco normativo que permita volver a cultivar
El gerente y director de Marketing y Comunicación de Plátano de Canarias, Sergio Cáceres, ha desvelado que solo en la zona del Valle, la zona cero afectada por el volcán de Cumbre Vieja, están contando con "más de 2.500 productores y más de 1.000 familias productoras afectadas directamente por la catástrofe".
A pesar de que las ayudas llegaron rápido, lo que quieren los productores afectados es que la reconstrucción llegue a sus destinatarios con la misma premura: "El Gobierno de España y el Gobierno de Canarias han actuado con bastante rapidez y agilidad para parar el primer golpe económico, pero esa rapidez en esas primeras ayudas es necesario renovarla para lo que tiene que ver con la recuperación", manifiesta Cáceres.
Por su parte, "la UE ha confirmado al Gobierno de Canarias y al Gobierno de España que permitirá que los agricultores sigan siendo perceptores de ayudas siempre y cuando tengan una vinculación de recuperación del cultivo", informa Sergio, que recuerda que el terreno está actualmente repleto de coladas de lava solidificada, por lo que no es practicable: "Los productores se encuentran con una superficie que sigue siendo suya pero con una lava que no tiene ningún tipo de permiso ni autorización para recuperarla, para roturar, ni para volver a trabajarla".
Por ello, para "readecuar" esos terrenos dañados, los agricultores piden un "marco normativo que permita recuperar la superficie equivalente sobre la lava": "Esto es algo que ya se ha hecho en la isla de La Palma, es decir, técnicamente es viable, pero requiere ese marco normativo para posibilitar lo que necesitamos", insiste el director de Comunicación de Plátano de Canarias.
Aplanar la lava, poner tierra encima y cultivar
Según Silvia Capote, sobre la misma lava se puede volver a cultivar, aplanando el terreno y poniendo tierra encima. A su vez, afirma que los agricultores quieren recobrar sus campos para seguir trabajando: "Por parte del agricultor la predisposición es volver a sembrar. No nos queda otra que recuperar las zonas perdidas. Para eso, hace falta apoyo de todas las administraciones. Tenemos toda la fuerza que ha tenido siempre el palmero en generaciones anteriores para convertir en un suelo fértil los suelos de ceniza y lava", ha concluido.