El restaurante madrileño 'Casa Dani' ha sido noticia estos últimos días por un brote de salmonelosis que afecta ya a más de un centenar de personas, trece de las cuales han requerido su ingreso hospitalario, según la Consejería de Sanidad.
Ana Vega nos cuenta en La Biscayenne cuándo empezaron a tomarse medidas para evitar este tipo de contagios y cómo hacían antes de conocer la existencia de microbios, gérmenes y bacterias que amenazaban el estado de los alimentos. Hasta principios del siglo XX, cuando se produjo un brote de fiebre tifoidea en Estados Unidos, no se empezaron a tomar medidas de este tipo.
Según explica nuestra experta de cabecera, es posible que la salmonelosis se esté haciendo cada vez más resistente porque vivimos en un entorno más aséptico. "No estamos acostumbrados a comer cosas sospechosas y la gente cuando las ingiere se pone peor", nos cuenta.
En los últimos años se está vacunando a las gallinas contra la salmonelosis, por lo que existen cada vez menos huevos que tienen bacterias de salmonela. Esto ha hecho que la normativa que regula la elaboración de alimentos con huevos frescos haya cambiado en las últimas semanas. "Nos tomamos muchas cosas a la ligera y luego hay que apechugar con ello", cuenta Ana Vega.
El restaurante asegura que cumplió con la normativa
'Casa Dani' ha asegurado que desde su apertura y a lo largo de 32 años "siempre se han seguido escrupulosamente las pautas de control y requisitos fijados por el Ministerio de Sanidad. Se han llevado a cabo los controles diarios y semanales exigidos por las autoridades de todos nuestros productos".
La empresa insiste en que, desde el momento en el que se tuvo constancia de los posibles contagios, se informó "de inmediato" a las autoridades sanitarias para desinfectar todas las instalaciones y, "por decisión propia y no por orden de ninguna autoridad", se tomó la decisión de cerrar todos los locales.