El yogur es un alimento básico y parte del fondo de armario de cualquier frigorífico común, aunque su origen no es tan lejano en el tiempo como puede parecer.
El triunfo del yogur llegó a España en los años 70 de la mano del desarrollismo, también cuando aparecieron los primeros frigoríficos eléctricos en lo que poder conservarlos. Esto facilitó que este producto, que hasta entonces se vendía en las farmacias como un remedio medicinal, se popularizara como alimento y escalara su venta al por mayor en España.
Según nos cuenta Ana Vega, 'La Biscayenne' en Twitter, la elaboración del yogur se conforma de "la fermentación de leche a través de la acción de bacterias ácidas impulsadas por calor".
El recorrido del yogur hasta hoy
Actualmente existe una gran variedad de yogures en los supermercados que nos hacen cada vez más difícil elegir, una oferta que hace que "parezca mentira que todo empezara con los yogures naturales".
Según apuntan algunas publicaciones antiguas, se cree que su procedencia se remonta a Mesopotamia, lugar desde del que partiría y posteriormente se extendería hasta llegar a las tribus nómadas por la zona del Cáucaso, los Balcanes y la costa del Mediterráneo.
Se cree que después de recoger la leche, ésta se embotellaba en odres, donde se acababa fermentando y adquiría la textura grumosa que le caracteriza.
