Se añade, pues, esa cifra, 500.000Euros a los 50.000 que ya se sabía que Sepúlveda habría percibido como servicios turísticos para su familia.
Añadan a esto la perplejidad general ante el tráfico de información y espionaje entre partidos en Cataluña, con la sede de la antigua empresa de detectives Método 3, tomada por la policía para que no salga de allí otra bomba informativa, y tenemos el retrato de un nuevo día de estupefacción ciudadana.
Y, por supuesto, múltiples querellas anunciadas a diestro y siniestro, que no sabemos si van a aclarar algo. Lo que es seguro es que van a costar mucho tiempo y mucho dinero públicos por lo que tienen de implicación masiva de tribunales y cuerpos de seguridad.
Esperemos que las costas corran al menos de cuenta de los partidos. Que nos tememos que no.