La frase del primer ministro británico, David Cameron, es una gran frase para la historia por más que muchas cancillerías europeas hubieran preferido que fuera menos demócrata y no hubiera puesto a la Unión al borde del infarto.
10 puntos de diferencia a favor del NO son lo suficiente para despejar cualquier duda al menos por una generación, como ha dicho Cameron. Y la derrota de los secesionistas no ha sido tan grande como para que Down Street no cumpla de inmediato todas las promesas de autonomía que planteó de prisa y corriendo en las últimas semanas.
Ha quedado acreditado que la mayoría apuesta por unir y no por la ruptura y que hoy empieza el resto de las vidas de los actores del referéndum.