En diciembre del año 2021 un adolescente de 15 años disparó a sus compañeros de clase en un centro de secundaria de Míchigan. Ayer lo contó con todo lujo de detalles Agustín Alcalá, en este programa y a esta hora. Acabó con la vida de cuatro compañeros, dos chicos y dos chicas que tenían entre 14 y 16 años.
El crimen, que además de los muertos también dejó siete heridos más lo cometió ese chico de 15 años con el arma que sus padres le habían regalado por Navidad. Los tiroteos escolares no son raros en Estados Unidos, forman parte de la crónica negra, muy habitualmente, de la primera potencia.
Lo que sí es poco frecuente es el giro que tomó esta semana el caso, porque un tribunal ha declarado culpables de homicidio involuntario a los padres del adolescente. Los fiscales consideran que los progenitores fueron criminalmente negligentes al proporcionar un arma a su hijo de 15 años, ignorando las señales evidentes de que su salud mental no era buena y que era potencialmente violento.
Ayer muchos oyentes participaron espontáneamente en las redes sociales al hilo de este caso, cuya sentencia de culpabilidad conocimos más tarde. Nos parece un buen tema de Gabinete, es un debate de calado, porque ahí hay cosas jurídicas, sociales y morales, por descontado. Vamos a preguntarnos, ¿cuándo y en qué circunstancias son los padres responsables por actos que cometen sus hijos?