La madre de todo el feminismo que nos ha visto nacer, crecer y reproducirnos es, sin duda, Simone de Beauvoir. Ella nos alertó de posibles escenarios que en efecto hemos ido viendo y viviendo. Por ejemplo que hay que estar vigilantes porque cualquier crisis económica o política sirve para hacer retroceder los derechos de las mujeres.
Si una pandemia y su consiguiente crisis económica no eran bastante, ahora sumamos una guerra. O sea, una tormenta perfecta para que el debate público se olvide de las reivindicaciones de las mujeres. Y sin empujar y presionar los gobiernos se relajan y la inercia histórica ya sabemos que no es precisamente feminista.
A los derechos de las mujeres les pasa como a la democracia, que no hay que darla por conquistada para siempre. Ahí tenemos a la extrema derecha: apenas sabemos nada de su programa económico, social, en política exterior…Lo que sí conocemos es su antifeminismo furibundo. El problema para ellos resulta que somos las mujeres feministas . Ni más ni menos. Muy elocuente y muy sintomático.