En ese informe anual, publicado esta mañana, el Banco de España constata que hay demasiada contratación temporal, cosa archisabida, pero lo curioso es la solución que se plantea: nada menos que se relaje la “excesiva protección” de los trabajadores indefinidos.
Dicho sin anestesia: para que los empresarios no teman hacer contratos indefinidos tendrán que tener la garantía de que puedan despedir a los contratados como si fueran temporales. O sea, el organismo español, pide otra reforma laboral, menos suave que la anterior.
En plena pre-campaña electoral, la derecha promete rebajar impuestos –aunque los subió hace 4 años más que ningún otro gobierno en la historia reciente- y la izquierda promete más gasto social. Pues bien, el jarro de agua fría del Banco de España es para todos: ni se podrán bajar impuestos ni se podrá gastar más porque el proceso de ajuste aún no ha terminado. Eso implica que aún hay margen para que bajen los salarios.
El crecimiento económico y el aumento de la competitividad, al parecer, era esto. Es lo que hay.