Si el manejo de los tiempos es fundamental en la estrategia política, ese último movimiento audaz y no previsto de Pedro Sánchez, lo convierte en piedra angular. Todos los partidos tendrán que pelear contra el paso de los días. A unos les favorece, a otros les fuerza, a otros les incomoda.
Mientras al espacio a la izquierda del PSOE se le acaba el tiempo para el acuerdo, a la derecha le viene mal atarse a la extrema derecha en plena campaña electoral. Unos tienen que correr mucho y otros intentarán dilatar los días para no retratar su intención antes de que volvamos a las urnas.
El PP querrá poner a ralentí sus pactos con Vox, pero a Vox le interesa exhibir la hoja de servicios ante su electorado antes del 23 de julio.
Al PSOE también le interesa correr, para ver si donde fue la lista más votada el domingo pasado, el 28M, se le deja gobernar como dijo varias veces Feijóo en campaña. Y a Sumar le quedan solo ocho días para saber si la operación con Podemos resta o multiplica.
Va a ser apasionante ver cómo manejan todos el tempo y los tiempos políticos. Es posible que ni ellos sepan aún cómo lo van a hacer, porque en algunos casos es sorber y soplar al mismo tiempo.
