La invasión de Ucrania por Rusia ha despertado un sentimiento de rechazo indiscriminado y por tanto irracional, a todo lo ruso, hasta el punto de que ha empezado una caza de brujas que ha llevado a cancelar conciertos de orquestas rusas, actuaciones de todo tipo de artistas, competiciones deportivas, se ha expulsado a alumnos de universidades, se han roto convenios de investigación, incluso se ha acosado a niños de origen ruso en las escuelas.
Se han llegado a censurar a las grandes obras de la literatura y la música rusa, dándose la paradoja de que muchos de ellos nacieron en Ucrania. El presidente del Gobierno repite hasta la saciedad que la guerra es de Putin, intentando separar la decisión de un individuo del conjunto de su pueblo, pero lo cierto es que está resultando inevitable que todo lo ruso esté bajo sospecha. Pero¿qué consecuencias tiene este castigo colectivo a ciudadanos particulares por el hecho de ser rusos?
