Se cumplen tres semanas de la invasión de Putin en Ucrania. Ayer las declaraciones del ministro de exteriores ruso, afirmando que había posibilidades de un acuerdo, dieron durante unas horas un pequeño atisbo de esperanza.
Seguramente fue un espejismo, difícil de mantener después de ver bombardeado ese teatro de Mariúpol, lleno de civiles, en el que los refugiados habían escrito, conletras enormes y visibles desde el aire, la palabra 'NIÑOS'.