Esta semana ha vuelto la Champions masculina, aunque el tema de conversación en España sigue siendo el fútbol femenino. Las jugadoras de la selección española, en tiempos de individualismo, están demostrando que la unión genera fortaleza y que el compañerismo y la valentía mueven el futuro.
Son las campeonas del mundo, han trabajado durísimo para conseguirlo, y, sin embargo, no han dudado en jugarse sus carreras para exigir cambios reales y palpables en la RFEF, que ha estado unos días tomándonos el pelo a todos.
Veremos qué sale de las reuniones de esta madrugada y de ese principio de acuerdo al que parece que han llegado. Lo que está claro es que el éxito de este equipo va más allá de lo deportivo a pesar de tweets y comentarios mezquinos y misóginos que siguen soportando. Este grupo de jóvenes son un auténtico motivo de orgullo patrio.