Aunque el gobierno se comprometió a un déficit del 2.8, esta mañana de Guindos ha reconocido que será casi un punto más, el 3.6%. En una comparecencia en el Congreso de los diputados, el ministro de economía ha llegado a la misma conclusión que cualquiera sin formación económica, que de insistir en la austeridad que marcaban las cuentas, la tímida recuperación pasaría a mejor vida y el crecimiento estaría seriamente comprometido. Los populares han aplaudido a rabiar a su ministro mientras desde el PSOE se le reprochaba que negociase nada con Bruselas sin pedir permiso a la Cámara, en la que ya no están en mayoría.
Desde Podemos se han felicitado de que el ministro admita que la austeridad no funciona y que se haya negociado con Bruselas un déficit más holgado para España, eso que según Alberto Montero, diputado de Podemos, “figuraba en nuestro programa y se nos denostó”.
Estar de facto en campaña electoral tiene estas cosas. Que se lo pregunten a los funcionarios que van a recuperar precisamente ahora el 50% de la paga que les retuvieron en el 2012. La cobrarán este mismo mes de abril. Los ajustes severos se quedan para cuando haya gobierno. Y serán de aúpa.