Lo más asombroso es la descripción de los pequeños detalles, de cómo se teje una relación corrompida. El ex marido de Ana Mato, por ejemplo, cuando aún estaban casados por cierto, comía angulas a discreción, pagando Correa, claro. Y lo mejor fue cómo consiguió el tercer coche. Sí, porque fueron 3, no dos como se creía hasta ahora. Tenía ya Jesús Sepúlveda un BMW y un jaguar, ambos regalo de la trama, y un día le dijo a Correa ”me apetece tener un Range Rover”. Y yo le dije –ha contado Correa- Pues oye te lo compro. Y le di el dinero en efectivo”. Ya ven qué sencillo todo.
Hasta el presidente de la gestora del PSOE, Javier Fernández, ha dicho que “Correa solo corrobora lo que ya se sabía”. No le falta razón, pero es raro que el cabeza visible del primer partido de la oposición sea precisamente el que quite hierro al caso de corrupción más sangrante de sus adversarios políticos. A las 2 el presidente del tribunal ha suspendido la sesión hasta el lunes.