Ha venido a decir que todos los grupos políticos tienen mucho que callar y que de momento no tira de la manta aunque podría. A Inés Arrimadas en concreto, le ha contestado que su jefe de filas , Albert Rivera, también fue a verlo y –en palabras textuales- "me pidió que le diera alguna cosa".
Tampoco el ministro en "sus funciones" del Interior, Fernádez Díaz, va a dimitir, "no voy a dar ese gusto a los independentistas", ha dicho. De todo, lo que más llama la atención, es que ambos obvian y evitan pronunciarse sobre lo que les hemos escuchado decir en esas conversaciones.
Los ciudadanos estamos viendo la luna y ellos se empeñan en que miremos el dedito que señala la luna. Es inútil. Ese "esto te lo afina la fiscalía…" que dice con todo descaro el ministro es ya una frase para la historia. La historia de la infamia.