Aunque el líder de Castilla y León ha dicho que Rajoy es “una espléndida persona y un hombre de honor” a esta hora ya nadie tiene en cuenta esa afirmación. La que se ha llevado todos los titulares y reacciones, incluida la estupefacción en la calle Génova, ha sido su consejo al presidente del gobierno de “mirarse al espejo y responderse si debe volver a presentarse como candidato a las próximas elecciones generales”.
Tuviera previsto decirlo o fuera un calentón, poco previsible en un político de su carácter, lo cierto es que sus palabras son el centro de la atención política del día. La resaca electoral, que ayer Rajoy intentó zanjar con su mensaje de “no hay cambios”, arrecia de nuevo.