Era previsible que este arranque de legislatura que se ha hecho esperar casi un año fuera motivo de algún comentario Real. Y, en efecto, el Rey ha alabado el diálogo, responsabilidad y generosidad de los que lo han hecho posible. Ahí estaba contenida la gratitud al PSOE,a Ciudadanos y, claro está, al PP. También ha dicho el monarca que la crisis de gobernabilidad ha provocado desencanto, inquietud y malestar, aunque no es seguro que todos esos sentimientos mencionados por Felipe VI no hayan sido también producidos por otros factores: los recortes, el sufrimiento de la clase media, la pobreza de miles de españoles…. En todo caso no olvidemos que el discurso que se confecciona en Zarzuela recibe siempre el visto bueno del gobierno.
La corrupción también ha sido mencionada. Según el Rey “tiene que llegar a ser un triste recuerdo de una lacra que hemos de superar y vencer”. Es un buen deseo, sin duda. Otra cosa es que podamos ser optimistas.
Finalizada la intervención Real, los diputados del PP, del PSOEy de ciudadanos han aplaudido puestos en pie; también se han levantado pero sin aplaudir los parlamentarios de Unidos Podemos, los del PNV y los de la antigua Convergencia. Algunos se han mantenido incluso sentados en sus escaños.
Nada nuevo bajo el sol. Ni nada grave. Las formas son una parte del fondo en democracia. Escoger unas u otras forma parte del mensaje político para consumo de la parroquia de cada cual.