Uno en Barcelona, con decenas de testigos en la terraza de un bar de la zona alta de la ciudad, y otro en Salou, detenido poco después de haber agredido gravemente a su mujer. “El procedimiento ha sido el correcto” ha dicho el Conseller de interior, y puede que sea solo un caso de mala suerte, muy mala suerte. La investigación interna ya está en marcha.
El problema es que llueve sobre mojado y es difícil convencer a la ciudadanía de que sus métodos son los adecuados, cuando con demasiada frecuencia tienen final trágico. Sin embargo, el hecho mismo de la memoria reciente de la muerte del empresario hace 5 meses, haría pensar que la policía catalana ha extremado la prudencia y los modos en todas las detenciones. Se verá.