Lo más importante de la declaración de De la Torre es que ha negado que las tarjetas fueran parte de la retribución, pretexto utilizado hasta ahora por todos y cada uno de los acusados en este juicio, unos acusados que se pusieron de acuerdo para culpar a Enrique de la Torre de haberle dado instrucciones de uso equivocadas. Según de la Torre las tarjetas eran exclusivamente para gastos de representación de Caja Madrid. El momento álgido de su declaración se ha producido cuando la fiscalía le pregunta si los consejeros entendieron el mensaje. La respuesta de De la Torre ha sido que no había más que ver la composición del Consejo, “secretarios de Estado, secretarios de Comercio, presidente de la Patronal, (exministros de economía)….Todos sabían mejor que yo lo que era una tarjeta de gastos de representación”.
Cualquier acusado tiene derecho a defenderse y no está obligado a decir la verdad, de acuerdo, pero no deja de ser chocante que esos señores que pasaban por tan listos busquen disculpa en su falta de criterio y conocimiento. O sea, haciéndose pasar por tontos. Esperemos que no cuele.