El texto aprobado contiene una serie de principios que no difieren mucho de lo pretendido en España por las plataformas de stop desahucios. Por ejemplo, se dispone que el consumidor debe disponer de toda la información antes de firmar una hipoteca. Europa tomará medidas contra la posible publicidad engañosa de las entidades.
También prohibirá la vinculación de otros productos, es decir, ningún banco podrá obligar a contratar un seguro ni ningún otro servicio en el momento de firmar una hipoteca; de la misma forma se prohibirá a los bancos imponer multas a aquellos que quieran y puedan pagar por anticipado la deuda contraída. Y ahora viene lo más interesante: la ley contemplará el desahucio como última opción e impedirá a los Estados miembros oponerse a la dación en pago acordada entre las partes. La futura ley prevé asimismo una evaluación seria de la solvencia del comprador para evitar la irresponsabilidad en el mercado hipotecario.
Lo mejor de esta ley es que deberá ser aplicada por todos los Estados miembro, que dispondrán de 2 años para adaptarse a estos estándares. Lo peor es que aún faltan 2 años y para muchos ya no tiene remedio.
En todo caso, viva Europa, una vez más.