Elisa Beni comienza el debate opinando que "cuando se habla de esto no se habla de la guerra. La profanación de tumbas y el robo de cadáveres se produce mucho después de la guerra". Julián Casanova añade que "los historiadores podremos debatir quién provoco la Guerra Civil, cuáles fueron las consecuencias… pero una democracia incapaz de reconocer la dignidad, es una democracia que está coja y tiene un problema con la idea de sociedad civil democrática". Javier Sardá sugiere "una legislación en Europa para futuros dictadores que ordene que la vuelta de la democracia no pueda dejar herencia, ni tener una tumba en un lugar concreto, ni pueda tener una fundación a su nombre. Esto se puede legislar a priori".