El Ministro de Inmigración de Australia continúa sin pronunciarse ante la acusación que ha recibido el tenista de mentir a la hora de rellenar el formulario que le permitió entrar al país y afirmar que no había viajado en los 14 días anteriores a la llegada.
Esta mentira podría costarle que le retiren de nuevo el visado, ya que las leyes australianas castigan las declaraciones falsas como una falta muy grave, lo que vuelve a situar al tenista en el centro de la polémica.
Por su parte, la familia del implicado, junto a centenares de negacionistas y seguidores hablan de una situación de tortura y maltrato a la que se habría tenido que enfrentar su hijo en el país y le tratan como "un espartaco del mundo que no tolerará la injusticia, el colonialismo y la hipocresía", entre otras cosas.
El Primer Ministro afirmó que las "reglas son las reglas y que no hay excepciones, tampoco lo es el número 1". Políticamente se trata de un debate interesante en el que muchos representantes gubernamentales han querido implicarse como los Primeros Ministros de Australia y Serbia, que también se ha posicionado.