Antón lo tiene claro: es un derecho saber nuestro origen genético. Para Beni, en cambio, el donante no pretende el aspecto emocional; “si no proteges el anonimato de los donantes, no habría donantes”, espeta. Para Javier Gallego, el anonimato justifica que las donaciones son negocio.
Escuchamos las opiniones de los oyentes sobre el tema planteado.