Noelia Adánez propone que las ficciones tienen que cumplir un criterio de "rigor documental" y otro de "verosimilitud". Es decir, "tiene que tener sentido para el enfoque que queremos contar, pero lo que contemos no puede traicionar el núcleo de verdad".
"La información tiene que respetar de forma escrupulosa la verdad", considera, porque el público luego la interpreta, y pone el ejemplo de The Crown.
Al hilo de las críticas a esta serie sobre la Monarquía británica, Julio Lleonart duda que nos tengan que avisar de todo lo que es ficción aún cuando recrea un acontecimiento real. "Los espectadores de ficción histórica sabemos distinguir bastante bien", comenta.
Pilar Gómez anticipa que a Boris Johnson le han debido presionar "muchísimo" desde la Casa Real británica, porque los personajes coinciden con los estereotipos que tiene "la gran mayoría de la sociedad", para quien Camila es "mala, malísima". "Es una recreación histórica y, por lo tanto, hay que verlo desde ese punto de vista", concluye.