El 54% de las personas de todo el mundo vive en ciudades, lo que no solo supone un cambio en la economía, sino también en el carácter de los estados. Dejamos atrás los imperios divididos en pequeñas partes para dar paso a ciudades que lo definen todo. También ha cambiado el escenario político debido a las crisis de migración, teniendo en cuenta que la ciudad no solo acoge personas, sino también se ha convertido en el centro de protestas, conflictos y violencia. ¿Vivimos en un mundo hiperurbano? ¿Se puede frenar? Lo analizamos con Julián Casanova, Fernando Iwasaki y Noelia Adánez.
Iwasaki explica que en América Latina se comenzó a hablar de ello en los 90. El incremento de la población urbana dio un vuelco y ahora las ciudades tienen más del 50% de la población nacional. Considera que la ciudad contemporánea es como "un coche que avanza por una carretera sin freno ni volante" y añade que si esto sigue así, se puede dar lugar a "la fuerza y el autoritarismo".
Por su parte, Adánez indica que la UE ya ha alertado de este fenómeno porque dicha tendencia parece imparable. Hoy en día, las grandes ciudades imponen tensiones, como se observa entre la Comunidad de Madrid y el Gobierno de España: "Hay mucha confrontación y tiene que ver con como se percibe el estado de las autonomías, ya que la capital querría absorber todos los recursos". Reconoce que "las democracias deberían ver la forma de resolver estos conflictos".
