Nos despedimos del último símbolo externo de la pandemia tres años después: a partir de hoy volvemos a vernos las caras porque la mascarilla deja de ser obligatoria en el transporte público. La pregunta es si somos los mismos y cómo hemos cambiado, nosotros y el mundo.
Quizá nos falta aún perspectiva. Y tiempo, porque este tema da para un largo ensayo o para una serie de muchos capítulos, pero en el Gabinete aprovechamos la efeméride para hacer balance de cuánto, cómo y por qué ha cambiado el paisaje social, económico, político y sanitario en estos tres años. La pandemia dejará en la historia una gran cicatriz en todos los órdenes.
Hablamos de los aprendizajes y secuelas que nos deja, y también del empecinamiento en múltiples errores que el mundo no quiere enmendar.