Juan Carlos Girauta opina que "la politización de la justicia en algunos casos no es tan evidente como la gente quiere ver" y argumenta que "mientras la justicia no sea efectivamente independiente, no tenga los recursos y sea tan lenta no habrá realmente justicia en sentido material".
Elisa Beni nos explica que "vivimos en una sociedad en la que todo tipo de responsabilidad se consigue diferir hasta el término de convertirla en una responsabilidad penal o nada" y aquí se encuentra el origen de la sensación de impunidad. "La responsabilidad penal es la última linea que marca la sociedad de lo admisible" y "entre esa última linea y lo ética, moral y profesionalmente correcto hay un amplio campo en el que deben dividirse responsabilidades en muchos escalones".
Antón Reixa comenta que "la consecuencia de este tipo de sentencias es una sensación de inseguridad y de frustración civil". Argumenta que "se están derivando las cuestiones ideológicas al Tribunal Constitucional y éste no puede suplantar el pensamiento civil", "un juez no puede dirimir algo que en sí mismo es bastante complejo" y "le pedimos a la justicia cosas que no puede dar". Lamenta que "lo que es evidente es que 10 años después no se han tomado medidas que hoy evitasen otro Prestige".