Desde mañana y hasta el próximo viernes se reunirá en Bruselas el Consejo Europeo, en el que se volverá a debatir cuál va a ser el modelo energético que aplicará la Unión Europea para minimizar los efectos de la subida de precios. España se encuentra entre los países que apuestan por una reforma para atajar la dependencia de Europa, aunque se trata de una posición no consensuada por todos los miembros ya que hay algunos que no coinciden con la propuesta de Pedro Sánchez, a la que se han unido los países del sur y también Bélgica.
En las últimas horas la Comisión ha presentado una propuesta para afrontar esta crisis energética que incluye el tope a los precios del gas y de la electricidad, pero, de momento, el núcleo duro de la UE se opone. En ella se incluyen hasta cinco opciones para actuar sobre el mercado energético y atajar así la escalada en el precio de la electricidad, que en el último año ha subido el 32% con respecto a febrero del año interior.
A su vez, éstas se dividen en dos grupos de medidas: uno que apostaría por establecer un precio de referencia o crear un sistema de compras conjuntas -medidas que generarían costes fiscales y alterarían la competencia-, y otro que apostaría por fijar un precio máximo a los generadores de electricidad o establecer determinadas obligaciones de venta.