ERC presentó una propuesta en el Congreso de los Diputados que abren un debate recurrente, el de bajar la edad mínima para votar a los 16 años. El argurmento era que así se ampliaría el censo por abajo, compensando la desigualdad demográfica de un país cada vez más envejecido, en el que la voz de la gente joven apenas tiene peso electoral.
El contrapunto es que a los jóvenes de 16 años no se les considera suficientemente maduros para el sufragio, pero sí para otros temas tanto o más trascendentes: trabajar, pagar impuestos, emanciparse, casarse, abortar o aceptar tratamientos médicos.
Por ello, en El Gabinete debatimos sobre nuestro adolescentes. ¿Para qué están los 16 años? ¿Para votar? ¿Para trabajar? ¿Para casarse? ¿Qué tenemos en común con ellos? ¿Cómo se recuerdan ustedes con esa edad?