Ya se ha inaugurado. Es la primera vez que se celebra en un país de Oriente Próximo y estamos hablando de un país que considera a los homosexuales, delincuentes; a las mujeres, inferiores; y a los trabajadores, esclavos. Esto se sabe desde que se decidió que la cita se celebrase en ese país pero es ahora, en las últimas semanas, cuando arrecian las críticas hacia un régimen al que por otra parte agasajamos y hacemos la pelota cuando se trata de hacer negocios con ellos. Por mucha crítica y por mucho gesto y por mucha campaña que ahora se escenifique, nada de lo que ocurre en ese país seguramente va a cambiar, aunque es verdad que los gestos importan pero hay que llevarlos hasta el final. Por eso en el Gabinete nos preguntamos ¿Hasta dónde llega la hipocresía en tormo al Mundial de fútbol de Qatar?