A raíz de la candidatura de Pablo Iglesias a las elecciones de la Comunidad de Madrid, la campaña electoral se va a endurecer y vamos a asistir a una polarización de los discursos que ya se empieza a notar con expresiones como “comunismo o libertad” , “derecho criminal”, “socialismo y comunismo” , “fascismo” o conceptos contrarios a la libertad. ¿Qué riesgos o consecuencias puede tener esto para la democracia? Lo analizamos con Xavier Sardá, Estefanía Molina y Julián Casanova.
“Es agotador el uso constante de esos términos. A mi me gustaría estar en una España en la cual el señor Iglesias, Gabilondo y Ayuso dijeran que hacen mal el contrario político. A los ciudadanos lo único que nos importa es lo que hacen bien, mal o regular y cual es la alternativa que dan. No si es fascista o comunista”, cuenta Sardá.
Casanova asegura que para poder usar estos conceptos se necesita que alguien los explique de forma sólida y con conocimiento pero esto no ocurre. "En la política abusan de estos conceptos sin tener conocimientos. Esto para las generaciones futuras es la peor de las enseñanzasporque tu le estas enseñando que frente a conocimiento, al debate o al pensamiento analítico lo único que vale es el insulto, el machacar al otro o el zasca. Cuando esto está dirigido por gente que tiene poder todos los resultados son malos", añade.
El miedo es un movilizador de voto absoluto
Cuando se apela al populismo lo que se intenta es eliminar la plularidad de la sociedad, explica Molina, además resalta que mediante estos conceptos buscan que se genere una sensación de alarma en el contrario como apelación al voto útil. "El miedo es un movilizador de voto absoluto", destaca.