Pilar Rahola opina que Silvio Berlusconi "es el protagonista de un sainete permanente" y que "el gran drama es que Italia reiteradamente haya ido votando a un personaje de ópera bufa como éste"; "es el triunfo de la antipolítica".
General Monzón opina que "lo que ha ocurrido hoy es lo peor que podía haber ocurrido" puesto que esta situación "significa, no el fin de la carrera política de Berlusconi, sino el continuismo del berlusconismo y, paralelamente, el del vaticanocentrismo". Además, añade que "el berlusconismo no es nada más que el neofascismo con corbata del siglo XXI" y que "el mal permanente es la continuidad del berlusconismo".
Cristina Losada dicrepa con lo anterior y asegura que "Berlusconi es un cadáver político, lo que pasa es que hay cadáveres políticos que tienen larga vida". Ella es partidiaria de que "es más fácil echar lo que hay que hacer un recambio adecuado de lo existente".