A tan solo un par de semanas de que el Congreso vote la convalidación de la reforma laboral, de momento no se puede confirmar que ésta vaya a salir adelante. Después de que Yolanda Díaz consiguiera el consenso necesario para que la patronal y los sindicatos lleguen a un acuerdo, ahora debe enfrentarse a la sede parlamentaria, que, previsiblemente, le pondrá las cosas difíciles.
Ni siquiera Esquerra Republicana (ERC) ni el Partido Nacionalista Vasco, ambos socios de gobierno, garantizan que vayan a votar en positivo al encontrarse de frente con sus estrategias partidistas que podrían alejarles del consenso.
Por su parte, Esquerra justifica su negativa afirmando que el Gobierno no quiere negociar aspectos que para ellos son clave. Su portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián concentra sus reproches en Yolanda Díaz afirmando que "ERC no negocia ni vota proyectos personales". Desde el Gobierno dan por hecho que finalmente sí llegarán a un acuerdo.
Ciudadanos, sin embargo, ha afirmado que "se trata de una trampa" y niegan que vayan a apoyarla en sede parlamentaria, aunque, por su parte, el Gobierno reconoce no necesitar su ayuda, y espera llegar a un acuerdo con todos sus socios de Gobierno.
