Las elecciones en Madrid han puesto en manifiesto los roles fuertes de Pablo Iglesias e Isabel Díaz Ayuso, que parecen estar por encima de sus propios partidos, o el caso de la investidura fallida de Aragonès por la presencia de la figura de Puigdemont. En la actualidad, varios líderes políticos parecen representar la imagen de todo un partido y que todo lo que se lleve a cabo dentro de este depende de ellos. ¿Por qué hay tantos hiperliderazgos en política? ¿Cómo nos afecta este personalismo? Lo analizamos junto a Elisa Beni, Ignasi Guardans y Juan Soto Ivars.
Guardans explica que el liderazgo es esencial en la política, ya que esta "no puede convertirse en una mera gestión burocrática", aunque en unos límites. Sin embargo, el problema surge cuando esto se infla, como ocurrió en Podemos y todas sus decisiones dependían de Iglesias. Además, añade que el hiperliderazgo es negativo, pero lo contrario también, como sucede con la CUP, "donde nadie manda".
Por su parte, Beni aclara que los partidos están siendo fagocitados por las personas que los encabezan. "Los partidos actuales son estructuras controladas por un único líder", considera. Asimismo, recuerda que las elecciones en Madrid son antes la pervivencia de varios líderes que el fin de algunos partidos y califica de "difícil" que las personas estén a favor de adherirse a formaciones que solo tienen el fin de mantener en el poder a los líderes.