Doñana no es el único caso en el que los intereses políticos y electorales desprecien por completo la evidencia científica. Hemos visto también la crisis por la flexibilización de controles en el tema de la tuberculosis bovina, hemos visto el voto del Partido Popular Europeo en Bruselas contra la ley de restauración de la naturaleza, esa ley que forma parte de la agenda verde europea que también nos ha dejado bastante perplejos. Y tampoco perdamos de vista que Vox, que es un partido negacionista del cambio climático, no solamente tiene la consejería de agricultura de Castilla y León sino que la Comunidad Valenciana también va a tener la consejería de agricultura.
En este contexto de confusión y desprecio a la ciencia y a la evidencia científica resulta inquietante que desde la ultraderecha se pidan competencias precisamente en el sector primario. Y también que el Partido Popular esté peleando duramente para tumbar la ley de restauración de la naturaleza. Por ello nos planteamos qué representa para el futuro y el desafío del cambio climático este ascenso de la ultraderecha.