Hace unos días, el Centro de Estudios de Barcelona (CIDOB) publicó un estudio llamado "El mundo en 2022: 10 temas que marcarán la agenda internacional". Entre esos temas, estos dos organismos destacan "miedos legítimos" a la pandemia y todos sus efectos, pero que utilizados con fines partidistas pueden generar un ecosistema perfecto para que se expandan los discursos revisionistas.
Aplicado a procesos electorales actuales, como puede ser el de las elecciones francesas, destaca el discurso antieuropeo y anti derechos LGTBI de Éric Zemmour, el candidato de extrema derecha a las presidenciales del próximo mes de abril. Su partido, "La Reconquista", llama a recuperar la nación perdida y a "salvar a Francia", utilizando la nostalgia, la idealización y el recuerdo como arma para captar votos.
Hasta hace unos días era uno de los elementos de tensión en su campaña, pero, con la entrada de la candidata de centro derecha Valérie Pécresse, hemos visto que también es un recurso que se utiliza en las alas más moderadas, ya que, en su último discurso, la candidata ha llamado a recuperar "la identidad francesa".
Se trata de un discurso que va calando, ya que, en las últimas semanas, Pécresse se ha disparado en las encuestas, ya que la sitúan en un segundo lugar muy cerca de Macron.
También hemos visto la utilización de este tipo de discursos en países como Brasil, donde su presidente Jair Bolsonaro, que aspira a la reelección, ha llamado también a la recuperación de la identidad nacional. Donald Trump también sería otro ejemplo de dirigente que utiliza este discurso, que espera que en las elecciones de noviembre del año que viene, pueda volver a posicionarse como candidato.