Nacho Sanz nos explica la situación económica de estos clubes y diferencia entre tres cuestiones distintas: "En el caso de las recalificaciones urbanísticas podemos aproximarnos a figuras delictivas"; "en el caso de los avales habría que ver han pagado por ese aval, y si no han pagado a precio de mercado se consideraría una ayuda"; y por último, "el diferente tratamiento fiscal de las sociedades anónimas deportivas frente a los clubes".
General Monzón sentencia que "me parece extradeportivo que toda esta denuncia fuera propuesta por inversores y propietarios de clubes alemanes". Divide los temas de debate en dos secciones, por un lado las "tremendas deudas a Hacienda y a la Seguridad Social de muchos clubes, entre los que no se encuentra el Real Madrid ni el Barça", y por otro lado apoya al Ministro de Exteriores y opina que "el Gobierno tiene que defender a los clubes españoles porque son de interés nacional y porque no son responsables de la ley de fútbol del año 90".
Julián Casanova afirma que "el negocio del fútbol es un negocio ajeno a la economía real de la sociedad". Califica el fútbol como "algo más que un deporte, es una religión civil" y está convencido de que está situación "algún día estallará".