En 1424 se publicaba una ley "contra el crímen de brujería" que se convirtió en la primera norma europea que dio pie a una caza de estas brujas en nuestro país. A estas mujeres, simplemente por el hecho de serlo, se las acusaba de adorar al demonio o provocar fenómenos meteorológicos adversos.
Éstas solían tener un perfil que no encajaba, ya que se trataban de viudas, inmigrantes y otro tipo de personas vulnerables a las que señalaban sus propios vecinos. A muchas de ellas se las condenaba, torturaba y condenaba a la muerte en la horca, ya que estaban completamente excluidas de la sociedad.
Hace unos meses se lanzó la campaña "No eran brujas, eran mujeres", siguiendo iniciativas similares de otros países que buscaban promover la recuperación de la memoria que sufrieron "el feminicidio masivo más institucionalizado de la historia de la humanidad".
En otros países, como Escocia o Suiza, ha habido iniciativas similares que instaban a la movilización y a la solidaridad. En España, especialmente en Cataluña, esta cuestión también ha llegado a las instituciones, en este caso de la mano de Unidas Podemos.