Una de las últimas ordenes que Donald Trump firmó antes de dejar su cargo fue que los próximos edificios federales que se construyan deben seguir un estilo clásico, dejando de lado el modernismo que había predominado desde la época de Kennedy. Esta decisión se hizo durante la época de entreguerras también, cuando se construía teniendo en cuenta la influencia griega y romana para evocar triunfalismo. ¿Tienen los estilos arquitectónicos ideología política? ¿Qué buscaba Trump con esto? Lo analizamos con Juan Manuel de Prada, Estefanía Molina y Juan Soto Ivars.
Soto Ivars afirma que la arquitectura siempre ha sido un tema central en los sistemas totalitarios, teniendo en cuenta que estos líderes, como Trump, quieren que los seres humanos se puedan "moldear como el barro" a su gusto, al igual que hacían con los edificios.
Por su parte, Molina explica que la arquitectura está muy vinculada con la expresión de la comunidad política, es decir, mientras las ciudades romanas parecían campamentos militares porque constantemente estaban inmersos en guerras, durante el Gótico, los edificios como las catedrales se construían muy altos porque "en ese momento se pretendía que los habitantes pudieran entrar en contacto con Dios".