"Fue ilusionante ver despertar a aquella juventud: esa explosión de espontaneidad, harta de políticos que ni les apoyaban ni les transmitían nada... ", cuenta Pepe Bonilla, activista medioambiental y militante de Equo con experiencia ya en 2011. De hecho, admite, estaba "anquilosada". Y aquello lo hizo "vibrar". Este sábado se cumplen 10 años de un movimiento político que trajo consigo la aparición de nuevos partidos en el Congreso de los Diputados y movimientos como el ecologismo o el feminismo sobre el tablero del diálogo social.
Bonilla recuerda en JELO a Julio Anguita: "el decía que los manifestantes del 15M son los nuestros porque les pertenecemos, tenemos que dar solución a lo que plantean".
"Lo bonito del 15M es que no había que ser un fanático para participar en él", explica Ernesto Castro, autor de 'Memorias y libelos del 15M'. ¿Qué fue el 15M? "Es nuestro mayo del 68", asevera Castro sin dudarlo. "Convino con el desarrollo de la telefonía móvil y las redes", cuenta Castro, que recuerda que solo un 50% de la población tenía acceso a los 'smartphones'.
¿Qué cambios ha traído el 15M?
"Se consiguió que el bipartidismo se pusiera en cuestión", asegura Bonilla, además de otros cambios como las primarias dentro de los partidos. "Surgieron partidos nuevos que aunque hoy todo el mundo diga que están en declive, llevan entre 10 y 7 años como Equo, Podemos... se nos devolvió la ilusión. La historia no se escribe en línea recta. Aunque en los medios de comunicación haya gente honrada los hemos tenido bastante en contra", comenta la activista, que insiste en que "la prensa está mayoritariamente a favor de las empresas".
Castro apunta divertido que sin "el botellón" el 15M no habría sido posible: "Según una generación festeja y celebra ocio así se politizará". "Por eso la generación Z convoca las manifestaciones a través de internet", apunta. Castro lamenta que lo único que se ha sacado de lo que se reclamó es "la política a corto plazo". "Si somos el futuro, por qué nos dan por culo", coreaban los reunidos entonces en la Puerta del Sol de Madrid.
Una lección sobre el 15M que debe perseverar: el diálogo, la discrepancia de opiniones...