Hace una semana, recordarán que el Gobierno holandés presentó su dimisión en bloque por el escándalo relacionado con las ayudas para guardería a familias trabajadoras con hijos. Más de 26.000 familias, la mayoría de origen turco o magrebí, fueron acusadas falsamente de fraude por la Administración pública y obligadas a endeudarse para devolver a la agencia tributaria lo recibido durante años.
"Todavía no se ha acabado el Gobierno, si en las elecciones dentro de 2 meses lo eligen nos quedaremos en las mismas. Cuando empezó el caso en 2014 no esperaba esto", nos explica la abogada, nacida en España pero criada en Países Bajos, Eva González Pérez, cuya investigación ha provocado la dimisión en bloque del Gobierno holandés. "En el 2014 llegaron cartas a estas familias en las que se decía que les iban a quitar la ayuda pero no explicaban los motivos", nos cuenta González. "Ellos tenían derecho a recibir esas ayudas, así que les recomendé que lo reclamaran, pero pasaba el tiempo y no las recibían", dice la abogada, que asegura, ese fue su motor para seguir investigando.
"Familias que se vieron obligadas a pagar 30.000 euros en plazos de dos semanas"
De repente, a estas familias se les reclama todo de golpe y en poco tiempo. La agencia tributaria holandesa tenía marcadas a esas familias con una "crucecita", para que cuando llamaran, los operarios de la Hacienda holandesa estuvieran bien atentos. "Tenían que devolver esa cantidad y no les daban siquiera la posibilidad de pagar a plazos: tenían que pagar en 2 semanas 30.000 euros y si no pagaban les quitaban el coche, la casa..", asevera Pérez. "Dentro de Hacienda hay un grupo que pensaba que podía actuar impunemente", apunta, y asegura que ella los ve más como "cowboys" que como racistas o discriminatorios. Al estilo de los que entraron en el Capitolio de EEUU, considera.
¿Van a resarcir económicamente a todas estas familias? "Tendrán que compensar con 30.000 euros a cada víctima pero también necesitan una restauración moral....", reflexiona, dado que muchas familias se vieron abocadas a la ruina y, claro está, no tienen ninguna confianza en las instituciones holandesas. "He oído que incluso una persona se suicidó de la impotencia", lamenta.
"La dimisión inteligente de Mark Rutte"
"La dimisión de Rutte ha sido muy inteligente porque si no le habrían echado", apunta González sobre el primer ministro de los Países Bajos. En todo caso, afirma, "no se trata de política, sino de que la ley no se ha cumplido y se han vulnerado derechos". González agradece que tras tres años de investigación, colaborarán con ella dos parlamentarios, dos periodistas y un trabajador de Hacienda. "No lo he hecho sola", insiste.