Corral critica el escaso reconocimiento social y laboral que tienen estas personas, "ser empleada del hogar es un trabajo invisible y se considera poco digno por parte de la sociedad", afirma. Añade que "no es que los inmigrantes tengan poca cualificación, es que ocupan trabajos poco cualificados".
Por su parte, Elías como empleada del hogar inmigrante en España, aunque abogada en su país, expone que "es un trabajo inestable" y se queja del trato que ha tenido por parte de alguno de sus jefes, de los que dice que "es un trato casi de esclavitud" el que ha recibido en alguna de las casas que ha estado.