Comenta que "ya había leído sobre los problemas que había tenido esta mujer en China y cuando me pidieron ayudar me transmitió mucha fuerza y sensación la historia de esa mujer". Explica que "antes de que me lo ofrecieran yo ya había leído en el New York Times sobre ese tema".
El relato empezó siendo un blog que la escritora tenía dudas de que fuera a publicarse por toda la censura que hay en el régimen chino. Señala que "esta mujer está escribiendo bajo la sintomatología de la precariedad". Usó el sinónimo de Fang para no ser reconocida y aún así de hecho fue maltratada.
En el libro se recogen los comportamientos de los chinos que al final demuestran que "son iguales que los occidentales en la forma de saltárselo".
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