La cultura ha sido uno de los sectores más perjudicados durante la pandemia. Desde Málaga, charlamos con Antonio Pulido, presidente de la Fundación Cajasol, que nos explica que una de sus prioridades es "llegar donde las administraciones públicas no pueden" y para ello, lo más importante es "crear tejido asociativo", ya que muchas veces existen las buenas ideas pero faltan instrumentos para desarrollarlo.
La Fundación Cajasol tiene presencia en prácticamente toda Andalucía y una de sus ventajas es que sus espacios, salas, teatros... "están abiertos a toda la sociedad, instituciones o fundaciones" y es lo que permite que puedan hacer tantas actividades.
Pulido destaca que la pandemia también les ha afectado, como al resto, paralizando sus actividades y generando dificultades económicas, pero "se reinventaron" a partir de un servicio de atención telefónico médico durante los meses más duros del confinamiento a través de un convenio con la Junta de Andalucía. Además, han desarrollado asistencia social, ayuda a los autónomos o integración social, entre otras.
Uno de sus proyectos más emblemáticos es 'Andaluces compartiendo' y consiste en fomentar el emprendimiento y formar cadenas con empresas para ayudar a los más necesitados, más allá de dar comida. Este proceso va de la mano de la adaptación postcovid y Pulido manifiesta que ahora se debe "acelerar procesos que ya estaban en marcha", ya que "los que no se adapten de forma rápida van a perder el tren".
