Hay campanas que concitan nuestra atención para sumar doce cada Nochevieja. Sin embargo, su sonido está más presente en nuestras vidas de lo que nosotros pensamos.
"Del barro primigenio, el fuego purificador, el noble bronce y las expertas manos de un artesano fundidor nace el instrumento de llamada por excelencia, la voz suprema que convoca a los hombres", así reza la página web de 'Campanas Ocampo', el único taller de fabricación de campanas de España que mantiene una producción manual.
"La forma de trabajar que tengo es la mejor para el producto final. No pienso cambiarla por mucho que esté en auge la industrialización", ha apuntado José Enrique Ocampo, uno de los herederos de esta empresa que atestigua una tradición de cuatro siglos.
Además, Ocampo nos ha contado que su familia llegó en 1630 a Caldas de Reyes, un municipio español de la provincia de Pontevedra, en Galicia. Desde entonces, se dedican a fabricar y reparar campanas.
Actualmente, José Enrique continua la tradición desde su taller, una casa típica gallega de piedra grande que fue fundada en 1830.
La importancia de las campanas en el mundo urbano
Antiguamente las campanas tenían una gran importancia en el mundo urbano. Y es que, según la forma de tocarlas, se avisaba cuando había una fiesta, un entierro o un incendio en los montes gallegos.