Si historias como la del negrego Pedro Blanco y la sociedad que lo alumbró nos siguen sorprendiendo hoy, es porque sabemos muy poco de este episodio. Según Bardem,"somos el único país donde ha vencido el fascismo y donde se mantuvo por razones geoestratégicas durante décadas... somos una anomalía histórica dentro de Europa Occidental". "Nos han legado una historia acientífica, pedestre… Lo que heredamos del franquismo es un relato mitológico", asegura. "El problema de ignorar la historia, aparte del famoso adagio, es que no entendemos nuestro presente: hay un hilo conductor muy claro entre el siglo XIX español y lo que está pasando hoy", reflexiona el autor.
España abolió la esclavitud en 1870. Fue el último país europeo en abolirla en alguno de sus dominios: el último, Cuba. "Antonio Cánovas del Castillo, que tiene calles y estatuas, tras la abolición de la esclavitud, todavía daba entrevistas diciendo que los negros vivían mejor en la esclavitud que en la libertad", explica Bardem.
El protagonista de 'Mongo blanco' fue uno de los grandes personajes de la trata de personas, un personaje peculiar. "Existían los negreros de salón, pero Pedro Blanco fue un auténtico corsario. Creó un reino de terror, de desenfreno y de lujuria en África", dice Bardem. Cuando la trata deja de ser legal, es cuando Blanco amasa su gran fortuna. "El tráfico de personas daba una rentabilidad muy similar al tráfico de cocaína. Por eso digo que Blanco es el Pablo Escobar de la trata de personas", apunta Carlos Bardem. Aunque sea difícil ponerse en la piel de un personaje tan cruel, el escritor piensa que "si juzgas a un malo lo caricaturizas", y que hay que tratar de "comprenderle a él y al sistema que hacía salieran personajes así".
No hay que olvidar que los principales socios del negrego en España fue la reina regente María Cristina de Borbón y el arzobispo de Toledo. "Muchos catalanes se dedicaban al comercio negrero", nos cuenta Bardem, que también nos dice que "el tatarabuelo de Artur Mas era negrero” y que por eso puso un timón en su despacho de la Generalitat". "Los negros eran bienes muebles" y en el periódico cubano de la época podías ver anuncios en los que se vendían o intercambiaban personas. "El único derecho que tenían era trabajar en su día libre. Y se explotaban a trabajar para poder comprar su libertad".
Sobre la actualidad política, Carlos Bardem ha apuntado que la izquierda se divide porque "es transformadora e intenta cambiar lo que hay, y en esa transformación unos quieren ir más lejos y otros menos, mientras que la derecha no quiere que cambie nada".
