Viajamos hacia la sierra de Madrid, donde nos espera en su casa uno de los mejores cineastas españoles, Carlos Saura. Un director multidisciplinar, que le interesa la vida y el arte incluso más que el mismo cine.
El aragonés, que cumplió 90 años el pasado 4 de enero, está en plenitud de facultades: trabajando en el montaje de 'Orígenes del arte, una cinta sobre la pintura paleolítica; y ultimando el guión de una serie sobre Federico García Lorca. "Espero llegar a los 100 años, es una meta que me pongo a ver si llego como Rafael Aparicio", comenta entre risas.
Con 50 películas a sus espaldas, Saura asegura que no le gusta ver sus películas pero sus preferidas son las que están orientadas en la guerra española como ¡Ay, Carmela! sin olvidar 'Io, Don Giovanni' porque "reúne todo lo que me gusta de mí", explica.
Saura confiesa también que hace tiempo que dejó de ir a los cines porque le molesta el público. "A mí me gusta ver una película en soledad. Mi sueño es tener una pantalla gigantesca y estar solo en la sala con un sonido maravilloso. Es un placer infinito”. Además, destaca que el género que más le gusta son las de catástrofe.
Una niña, la responsable de su amor por la fotografía
También habló de sus inicios donde dijo que él empezó estudiando ingeniería industrial pero un día estaba en el examen y no sabía responder a dos problemas por lo que empezó a dibujar un coche "pensaba que eso me aprobaría pero no me valió. Y a partir de ahí me dediqué a hacer fotografía y al cine", subraya. La culpable de su amor por la fotografía fue una niña. "Cuando tenía 7 años le robé la cámara a mi padre, me escondía y le hacía fotos a una niña que me gustaba".
Saura afirma que la guerra de Ucrania le recuerda a su infancia con la guerra española. “Los mismos bombardeos, la misma gente muriendo y huyendo, las sirenas. La historia se repite lo único que se puede sacar de esto es que el ser humano es un imbécil que continuamente repite los mismos errores".
Además, considera que es un error olvidar el pasado. "Hay que vivir el presente pero también recordar el pasado para entender todo. La fotografía es una forma estupenda de recordarlo", finaliza.