La pandemia cerró todo menos los servicios imprescindibles, lo que dio un buen empujón a la digitalización de la administración pública: "De la noche a la mañana cientos de miles de funcionarios públicos tuvieron que seguir su labor desde casa, con el reto de que no cayeran los servicios públicos", ha resaltado la secretaria de Estado de Inteligencia Artificial y Digitalización, Carme Artigas.
Según Artigas, durante el confinamiento "se multiplicaron el 500% los trámites online y se multiplicaron por diez los certificados digitales".
Los datos dicen que España está bien preparada a nivel tecnológico. De hecho, en los indicadores internacionales, ocupamos el número décimo séptimo a nivel mundial y la décima posición Unión Europea. "En el caso de administración digital somos el número dos de la UE y el único donde más del 80% de sus ciudadanos interaccionan de manera digital desde la administración", ha añadido Carme.
Sin embargo, hay una percepción de que la administración es precaria: "Somos un país muy avanzado pero tenemos sistemas que han envejecido mal ya que son robustos y seguros, lo que a veces casa mal con la usabilidad del usuario", ha explicado la secretaria de Estado de Inteligencia Artificial y Digitalización. "El gran reto que tenemos por delante es mejorar la usabilidad y la experiencia del ciudadano, gracias a las nuevas generaciones tecnológicas", ha proseguido.
Finalmente, Carme Artigas, ha destacado que el plan de la administración para convertirnos en una de las mejores administraciones públicas del mundo pasa por una inversión de 2.600 millones de euros: "Esto servirá para avanzar hacia una administración más sencilla, más ágil, eficiente y personalizada".
¿Se han sentido descuidados los ciudadanos ante la administración digital?
El catedrático en Ciencias Políticas y Administración de la Universidad Pompeu Fabra, Carles Ramió, ha afirmado que España tiene una administración digital enormemente avanzada. Sin embargo, ha criticado que durante el confinamiento, la administración publica cerrase sus puertas: "Es una decisión comprensible pero es un servicio esencial y de forma práctica y simbólica era necesaria".
Ramió ha añadido que la administración digital funcionó bien pero de forma muy poca amable con los ciudadanos: "Es muy complicado que un ciudadano pueda hacer procesos complejos de la administración digital por sí mismo. Los ciudadanos se han sentido descuidados y solos ante la administración digital", ha reivindicado.
