La doctora Campuzano recoge que entre las funciones de los pacientes expertos se encuentra el “dar charlas en ambulatorios y talleres de autocuidado o incluso ir a institutos a promover el ejercicio físico y el abandono de tabaco entre adolescentes”.
Natalia Mateo señala que una de las ventajas de contar con un paciente experto es que “nosotros podemos empatizar al 100% con el paciente, hay cuestiones que no te atreves a comentar con tu doctor o doctora. Con nosotros es mucho más fácil; sabemos las preguntas que tienen en su cabeza”.
“Después del infarto hay un 90% de probabilidades de hacer una vida completamente normal”, afirma la doctora Campuzano, sobre lo que Víctor Manuel Vargas señala que “hablando con vecinos o conocidos, se sorprenden al ver cómo estoy. Lo que hay que hacer es hacer ejercicio, pasear y salir todos los días. Yo salgo a pasear y el cuerpo me pide andar más, y eso es que me encuentro mejor que nunca”.