Este viernes se celebra el Día Nacional de la Esclerosis Múltiple, una enfermedad crónica del sistema nervioso y segunda causa de discapacidad en jóvenes, que afecta a 55.000 personas en España.
A pesar de que quienes padecen esta enfermedad son factor de riesgo, no presentan mayor riesgo de contagio y los fármacos que se les administran no aumentan la gravedad de los síntomas, según explica Isabel Sánchez Magro, directora del departamento médico de Merck.
"Los fármacos que utilizamos son seguros", insiste, y remarca la necesidad de "no interrumpir el tratamiento en la esclerosis múltiple", pues "lo importante es tener la enfermedad bajo control". "No podemos asumir este riesgo. Con cada recaída se podrían producir daños realmente importantes que pueden impactar en el grado de esta enfermedad", apuntilla.
La maternidad es posible
Isabel Sánchez Magro avanza que aquellas mujeres que padezcan la enfermedad y deseen quedarse embarazadas pueden hacerlo. Simplemente "deben planificarlo, hablar de ello con el especialista y juntos pensar cuándo es el mejor momento y manejar la decisión desde el punto de vista de los tratamientos".
Por ello, la doctora manda un mensaje de tranquilidad a las pacientes, pues "la investigación ha hecho posible para que sea la paciente con deseo de este embarazo la que decida y no decida la propia enfermedad".
La paciente Laura Soler cuenta que lleva enferma desde los 15 años y que cuando se lo comunicaron no se lo podía creer. Para ella, la medicación fue la parte más dura y relata que incluso tuvo que cambiar de tratamiento para poder ser madre.
En este sentido, afirma que la maternidad es posible, pues su enfermedad no afectó este proceso, aunque pasó "mucho miedo". Ser madre era uno de sus "deseos", por lo que se considera una "afortunada" y se plantea tener un segundo hijo.
Retrasos en los tratamientos
Laura Soler explica que la pandemia retrasó su tratamiento, pero, a pesar de ser "paciente de riesgo", no se muestra asustada. Sin embargo, la crisis sanitaria ha provocado cambios en el modelo de asistencia sanitaria.
Así lo relata Beatriz del Río, enfermera del Hospital La Princesa de Madrid, se dedica a la neurología desde 2006 y a la esclerosis múltiple desde 2011. "Nos hemos visto obligados a cambiar nuestro escenario de actividad", detalla, pues el "modelo general de atención sanitaria está basado en la presencialidad del paciente" y es "complicado" sin el contacto con el paciente.
Durante la pandemia, las necesidades de los pacientes de la conocida como enfermedad de las mil caras "se vieron incrementadas por el miedo a cómo les podía afectar todo", por lo que el trabajo de las enfermeras se centró en cómo "minimizar las consecuencias" y seguir ofreciendo un "contacto directo" con los pacientes. Incluso facilitaron un servicio de dispensación de tratamientos en el propio domicilio.